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Empezamos por comprender la necesidad que tienen nuestros hijos de sentirse sensorialmente seguros y organizados para poder interesarse en su entorno e iniciar las interacciones tan deseadas. Por medio del juego, los padres pueden ser facilitadores para sus hijos, de esta sensación de seguridad que les permite sentirse atraídos por lo que sucede a su alrededor. Aprenderemos a que nuestros hijos se sientan “regulados” sensorial y emocionalmente. Encenderemos la chispa más simple de interacción, su interés por el entorno.
Estamos listos ahora para provocar en nuestros hijos, más allá de un juego repetitivo, la interacción persona a persona. Empezarás a notar pequeños destellos de un contacto visual que surge con un interés interactivo. Aprenderás a imitar de manera intencionada, nota sus gustos y seguir su juego. Estaremos adentrándonos en una etapa muy interactiva. La paciencia y la observación serán tus herramientas más valiosas. Pensabas que todo debe ser positivo?, aprenderás a tolerar el enojo y la frustración, es parte de esta etapa de desarrollo, porque ahora seremos capaces de regresar a la calma.
Ahora es momento de potencializar los gestos y los inicios de las palabras. Tu hijo está respondiendo con caras intencionales y emociones. Aprenderás a exagerar las expresiones de tu rostro, a generar a iniciar la comunicación y recibir una respuesta , poner pausa y comunicar sin hablar. La diferencia es que ahora nos entendemos mejor. Podrás comprender sus emociones intencionales, verás respuestas.
La comunicación, ya sea con palabras abundantes o no, pero utilizando gestos, cuerpo y expresiones estarán fluyendo. Esta etapa es crucial para ampliar los momentos en que desde su iniciativa, se inicia la interacción recíproca y el intercambio de mensajes. El deseo de seguir jugando e interactuando se extiende y se disfruta. El habla se estimula aunque no lo quieras. Tu hijo tendrá la oportunidad de mayor vocalización y formas diferentes de comunicar. La imitación, el disfrute, y las respuestas inmediatas son tus herramientas más valiosas en esta etapa.
Si has llegado hasta acá, o bien inicias desde este punto, el viaje y el tiempo de juego es muy placentero. Aprenderás a provocar un juego simbólico mezclado con palabras, gestos y/o ideas que representan acciones cotidianas. Veremos en nuestros hijos mayor comunicación de sentimientos y deseos. La planificación de juegos e ideas empieza a ser más abundante. No te sorprendas si empiezas a jugar a la comidita, o al astronauta. Tu reto es jugar y seguir la línea de creatividad que tu hijo te ha propuesto.
Hemos llegado al final del camino. Las ideas las observaras mas unidas y lógicas, escucharas lenguaje mucho más complejo. Tus propuestas de juego como padre, son tomadas en cuenta y tienes la oportunidad de interactuar desde una perspectiva más flexible. En esta etapa aprenderas a retar sus ideas, hilarlas mejor, llevarlas a un nivel cómodo para ambos. Veras fluir el lenguaje y la comunicación. Desde acá el juego luce muy tradicional, pero muy rico en ideas. No te sorprendas si terminas igual de agotado que el primer dia en que emprendiste este entrenamiento. Jugar con ideas que implican emociones y deseos es muy demandante, pero estas sentando las bases de sus habilidades sociales más complejas. Lo que tanto anhelamos en los social tiene ya una base sólida, la interacción y la expresión emocional recíproca.