El sueño es uno de los pilares más importantes del desarrollo infantil. A través del descanso, el cerebro consolida aprendizajes, regula emociones y recupera energía para enfrentar los retos del día siguiente. En CECLIDI observamos con frecuencia que los hábitos de sueño influyen directamente en la conducta, la atención y el desempeño escolar, por lo que comprender cuántas horas necesita un niño según su edad es fundamental para favorecer su bienestar.
El sueño a través del desarrollo infantil
Aunque cada niño tiene su propio ritmo, los expertos coinciden en rangos generales que permiten orientar a las familias. Durante los primeros meses de vida, los bebés de entre cero y tres meses requieren entre catorce y diecisiete horas diarias, incluyendo las siestas. Entre los cuatro y los doce meses, la recomendación es de doce a dieciséis horas. En la etapa de uno a dos años, los niños pequeños suelen necesitar entre once y catorce horas. Durante la edad preescolar, de tres a cinco años, lo adecuado se sitúa entre diez y trece horas. Los niños de seis a trece años deben dormir entre nueve y doce horas, mientras que los adolescentes necesitan entre ocho y diez.
Conocer estas cifras es apenas el inicio, porque la falta de sueño no siempre se manifiesta como cansancio evidente. En muchos casos aparece como somnolencia durante el día, dificultad para mantener la atención, irritabilidad, conductas desafiantes o problemas para avanzar en tareas escolares. En los más pequeños, también puede presentarse un nivel alto de hiperactividad que, aunque se confunda con inquietud o mala conducta, suele ser una respuesta a la falta de descanso.
Establecer hábitos saludables antes de dormir es fundamental para prevenir estas dificultades. Mantener una hora fija para acostarse ayuda a establecer un ritmo constante, y anticipar la llegada de la hora de dormir facilita la transición hacia un ambiente más tranquilo. Actividades como lavarse los dientes, leer un libro, tomar un baño tibio o conversar sobre el día resultan útiles para preparar al cuerpo y a la mente.
Un aspecto clave es el uso de pantallas. La luz emitida por dispositivos electrónicos altera los ciclos naturales del sueño, por lo que se recomienda apagarlos al menos una hora antes de dormir. Cuando es posible, retirar estos aparatos del dormitorio contribuye a que el espacio se asocie exclusivamente con descanso.
En CECLIDI también consideramos factores como la alimentación, la actividad física y el estado emocional, ya que todos influyen en la calidad del sueño infantil. Abordar el descanso de manera integral permite apoyar mejor el desarrollo, el aprendizaje y la salud mental de los niños y adolescentes.
Referencias
- Understood.org. “11 Tips to Help Kids With ADHD Manage the Holidays.” Disponible en: https://www.understood.org/en/articles/11-tips-to-help-kids-with-adhd-manage-the-holidays
- KidsHealth. “How Much Sleep Do Kids Need?” Nemours Children’s Health. Disponible en: https://kidshealth.org/en/parents/sleep.html
- ADDitude Magazine. “Natural Remedies for ADHD in Children: Nutrition, Exercise, Sleep.” Disponible en: https://www.additudemag.com/natural-remedies-adhd-children-nutrition-exercise-sleep/
